“Recuerdo yo una vez, una noche de
fiesta, de estas que iban como siempre a lo mío y en plan jugueteo con todo el
que se me acercaba, en la que había un chico físicamente de 10… y el chaval se
puso a vacilarme en plan enrollado y simpaticote…
Total que ni corta ni perezosa, para no
pecar de imprudente o por si le molestaba, me las arreglé para pedirle el DNI ,
con la excusa de que había pronto en esa ciudad un castin de modelos, pero que
se elegía a los candidatos por la foto de carnet, según estuviese mejor o peor
la imagen… jajaja
Total que se ve que aquel juego le gustó y me siguió el rollo toooda la noche, hasta fue capaz de decirme cosas como que era la mujer de su vida, o que ojala nos hubiésemos conocido antes porque él tenía que irse a otro país pronto… y mil más así que por supuesto eran mentira, pero las hacía tan creíbles y con tanta gracia y natural! que al final de la noche hubo cierre…
No sé si mis “gracias” harían efecto o no
en él, o que me vio receptiva, el caso es que todo se dio de manera tan natural
y fluida de menos a más que ambos ganamos con una gran noche de confidencias y
ricos besos :p”
Qué bonita aventura… me quedo con la frase que he remarcado en negrita.
Por lo visto, un chico de gran atractivo físico mostrando muchísimo interés,
demasiado incluso para los que somos directos.
Lógicamente
la chica no se cree un interés tan grande ni que él sienta todo lo que dice. Pero
el hecho de que lo dice “con gracia y naturalidad”, la hace dejarse llevar por
la aventura.
Vamos
a analizar esto más detenidamente.
Factor fulana: ella no se cree lo que le dice el chico, pero consigue anular su
propio factor fulana haciendo como que se lo cree, al menos su factor fulana
externo.
Pillería y descaro: o como ella dice, “gracia y naturalidad”. Esto atrae muchísimo
a las chicas.
Hay
situaciones en las que notamos que ellas no se creen lo que les decimos, pero
el hecho de mostrarnos con esa gracia, naturalidad, pillería, descaro o como
recórcholis queráis llamarlo, es suficiente para que la chica piense “que
cabroncete más mono, me lo quiero follar”.
Porque
no solo los hombres ansiamos una aventura de una noche, ellas también la
buscan, y si conseguimos esquivar su factor fulana y convencerla aunque sea a
base de pillería, se dejarán llevar por lo que desean.
Hasta aquí
el tercer artículo sobre “ellas también juegan”, ¿saldrá un cuarto? Podéis
apostar a que sí…
Abrazos
flamencos!!
Carisma
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