¿Qué
es para nosotros la diferenciación positiva? Es, ni más ni menos, y como su
propio nombre indica, diferenciarnos del
resto de la sociedad de una manera que refleje que tenemos intuición social y nos aventuramos a rozar el
límite entre lo “políticamente correcto” y lo hortera, ya sea en actitud o en
apariencia.
La
intuición social se define como aquella capacidad que tenemos de adecuarnos
a las normas sin destacar de una manera demasiado extraordinaria, es decir,
no llamar la atención por algo políticamente incorrecto y adecuarnos al entorno que nos rodea. Por ejemplo, no tener
intuición social sería aparecer en un garito lleno de hippies con traje,
corbata y teniendo una actitud nazista.
Desde
unos sitios se nos dice que debemos no destacar, no salir por encima de la
media, no decir una palabra más alta que otra o, simplemente, pasar
desapercibidos. Desde otros, sin embargo, se nos dice lo contrario, que tenemos
que ser la nota discordante, que si unos hacen una cosa nosotros debemos hacer
totalmente lo contrario para “desmarcarnos” y no pertenecer en absoluto a la
masa. Bien, ambos puntos de vista son interesantes y diferentes entre sí. Yo ofrezco una alternativa, y es rozar la
línea, el límite entre ser totalmente opuesto y ser de la masa.
¿Qué
es mejor, ser ese tipo que está totalmente en contra de todo o ser aquél que, a
la vez que pertenece a tu grupo tiene su “toque” de carisma y es genuino? Yo, desde
luego, prefiero esto último.
Y
en esto precisamente consiste la diferenciación positiva, en ser un tipo carismático que destaca no por
su actitud opuesta al mundo, sino por mover una masa de gente desde dentro. Ser
un tipo al que no le importa lo que piensen de él pero que a la vez tiene
intuición social y sabe adecuarse al medio siempre con una actitud congruente
consigo mismo.
Diferenciación
positiva en la vestimenta
¿Cómo
enfocamos esto a la seducción? Podría poneros multitud de ejemplos, pero el que
más rápido me viene a la mente es el del pavoneo.
Pavonearse es llamar
la atención mediante algún tipo de vestimenta que no deje indiferente a nadie. El ejemplo típico es Mystery. Un
tipo con sombrero raro, abrigo raro y gafas raras. Todo muy raro, cualquiera
diría que no sabe adaptarse al contexto en el que se rodea. Sin embargo, es
congruente con su personalidad misteriosa y extravagante.
Yo puedo vestir como
Mystery, puedo pavonearme como Mystery, pero no soy Mystery. Por ello, se me verá forzado y
antinatural al no ser este tipo de vestimenta congruente con mi personalidad.
Como he dicho antes, también hay que
tener en cuenta en el contexto en el que nos movemos. Yo no puedo ir a una
boda vestido como Mystery. En carnavales igual sí, pero en una boda no es
congruente.
Esto
lo digo porque he visto gente que por el hecho de “desmarcarse” y “pavonearse”
lleva sombreros, camiseta de tirantes y deportivos para entrar en una discoteca
con clase. Esto estaría bien para ir por la calle un día de verano pero por
favor, tened en cuenta el contexto en el que os movéis.
Que
no os vendan la moto de que lo importante es estar cómodo con uno mismo y ya
está. No. Eso es cierto en parte. Lo
importante es estar cómodo con uno mismo y en congruencia con la situación,
si bien es cierto que podemos dar pequeños toques de diferenciación a nuestro
aspecto.
Muchos
pensaréis que lo que estoy diciendo es una bobada, pero pensadlo. ¿Cuántas
veces habéis visto a alguien que estudia seducción vestido de una manera
hortera? Porque yo los he visto muy a menudo. Eso queda vistoso, pero demuestra
que no tienes intuición social; y precisamente una de las actitudes del hombre magnético es que sabe en qué ambiente
se mueve y cómo tiene que actuar para adecuarse al medio a la vez que es
diferente de una manera positiva.
Para llamar la atención por nuestro aspecto o vestimenta podemos recurrir a
accesorios discretos pero que nos dan un toque de distinción por encima de la
media. Los que me conocen saben que cuando salgo me gusta mucho llevar
americana o traje. Un elemento que te diferenciará positivamente sería llevar
corbata, pero no de cualquier color. Una corbata roja servirá.
Por
lo general, para diferenciarnos positivamente en la vestimenta el color rojo
suele ser muy adecuado, porque el rojo
despierta instintos de pasión y actividad. No lo digo yo, lo dice no sé quién
en el estudio no sé cuántos.
Así
por ejemplo, si salimos de noche a un
ambiente informal podremos llevar vaqueros, un polo de color rojo (que no sea
fluorescente por Dios) y una chaqueta negra, además de unos zapatos sport. Si
vamos a una boda no podemos ir con una camisa por fuera de los pantalones,
vaqueros y zapatos. Qué mínimo que ir con un traje bien puesto pero llevemos
algo diferente y sutil a la vez, como una pulsera que tenga cierta historia o
un reloj diferente (los Casio de mercadillo no cuentan).
Ante
todo, tened intuición social. Se puede desarrollar perfectamente, como la observación
o la cualificación, es una habilidad más. Vestiros
bien no cuesta ningún trabajo y os mejorará la presencia notablemente.
Por
último, deciros que una vestimenta
acorde con el contexto en el que estáis transmite más empatía con la chica
que tenéis delante que si vais disfrazados de personajes pintorescos. Es más fácil empatizar, y por tanto ser
seducido, por alguien afín a ti.
En
resumen, diferenciación positiva en la vestimenta: vestir acorde a la
situación estando cómodos con nosotros mismos pero dándonos un aire sutil de
diferenciación en los accesorios o en la ropa. Ello nos diferenciará
positivamente a la par que transmite que somos tipos empáticos.
Diferenciación positiva en la actitud
Este
punto lo hemos ido trabajando en los diferentes artículos hasta ahora.
Básicamente es tener una personalidad carismática y ser un hombre, o mujer, con
unas habilidades empáticas y asertivas. Una cualidad que nos diferenciará
positivamente en un ambiente festivo es, simplemente, sonreír. Como decimos aquí: no
hay nada más atractivo que una persona feliz.
Con
esto nos referimos a que si logramos transmitir e irradiar una felicidad poco
común en la gente normal, seremos más atractivos y nos sentiremos mejor con
nosotros mismos y con el entorno. Sonreír libera endorfinas, que básicamente es
la hormona de la felicidad. Si
sonreímos, seremos felices.
Pensadlo:
¿cuántas veces salís de fiesta y veis chicos y chicas sonriendo de una manera
genuina? ¿Cuánta gente irradia felicidad y diversión por dondequiera que se
mueva? Muy poca, os lo aseguro. Las
máscaras sociales están muy presentes. Los chicos van en plan baboso y la
mayoría de las chicas van en plan acelga, a no sonreír cuando nos acercamos a
conocerlas. Esto es algo normal, por
tanto, rompamos los esquemas. Seamos nosotros los que nos diferenciamos
transmitiendo un buen rollo y una sensación de constante felicidad, que los
demás ya se encargarán de averiguar de dónde procede esa actitud tan atractiva.
No
podemos tener alta expectativa y esperar que una chica nos siga el rollo si nos
acercamos con una actitud deprimida y carente de sonrisas. Debemos exigir lo mismo que ofrecemos: si ofrecemos buen rollo,
diversión y ganas de pasarlo bien y conocer a esa chica, podremos exigir que
ella nos ofrezca lo mismo siempre con intuición social, con alegría y buen
rollo. No sería congruente con
nuestra personalidad carismática enfadarnos o reaccionar de manera negativa ante un breve rechazo que hayamos sufrido.
Recordad las máscaras sociales: la
inmensa mayoría de las chicas se siente mejor si antes de avanzar nos rechaza
un poco. Tomémoslo como parte del juego de la seducción y, cuando
avancemos, no le reprochemos su rechazo anterior. Tengamos en cuenta su actitud y lo que subcomunica, no sus palabras.
Nada
más que por el hecho de ser un tío cojonudo, con alegría, feliz y que encima no
reacciona de manera negativa y le da igual el rechazo, ¿creéis que esa misma
chica querrá rechazarnos de manera definitiva? Nadie en su sano juicio rechaza la oportunidad de pasar un buen rato
junto a alguien divertido que nos aporta felicidad, ya sea de una manera u
otra.
No
nos confundamos, no hay que ser un
payaso. Todo en su justa medida. Si una chica te está hablando de la muerte
de su gato y que su novio la dejó ayer, no te vas a poner a soltar frases
arrogantes y con humor. Ahí tendremos
que hacer uso de la empatía con frases como “¿Cómo te sientes tú?”.
Parece simple, pero nadie usa esa frase. Esos
pequeños detalles son los que nos diferencian positivamente ante otras personas
con las que nos encontramos y nos darán una puntuación extra para sentirnos
mejor con nosotros mismos y ser felices. Esto es así, si haces felices a los
demás, serás más feliz tú mismo.
Por
último, me gustaría hacer especial mención al lenguaje. Yo siempre he insistido en que el lenguaje está para
usarlo, que el hablar de manera diferente transmite sensaciones diferentes. Podemos usar el lenguaje para
diferenciarnos positivamente al ser muy específicos. No caigamos en el
error de hablar como un “cani” o “garrulo”. Tampoco vamos a hablar como en el
siglo XVI, ambas cosas serían horteras. Hablemos correctamente. Hoy en día se valora, no sólo en el
mundo de la seducción, la gente que
habla correctamente y encuentra palabras genuinas para describir situaciones o
sentimientos de una manera muy precisa. Esto viene especialmente mencionado
en el artículo de cualificación.
En
resumen, diferenciación positiva en la actitud: Características del hombre
magnético, además de la empatía y la
felicidad que debemos tener por ser unos tíos y tías cojonudos, y usar correctamente el lenguaje para
transmitir sensaciones diferentes.
Recordad,
por el sólo hecho de querer mejorar
vuestras habilidades sociales se os desarrollarán automáticamente algunas
como la empatía, la observación, y sólo el hecho de ser así ya os diferencia positivamente de la
mayoría de la masa.
El próximo artículo será acerca de cómo gestionar una cita.
Un
abrazo.
Fénix Fire
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