Buenas a
tod@s. En esta ocasión, quería compartir con vosotros una pequeña analogía que
leí anoche en mi libro de cabecera.
Con este
artículo abrimos un nuevo apartado en el
que iremos colgando una serie de artículos
de observación y calibración,
El objetivo
es ir desmigando poco a poco una de las partes más importantes y desde luego
interesantes y útiles de la seducción.
Los tres hombres perceptivos.
Cierta vez existieron tres derviches tan observadores
y experimentados acerca de la vida que llegaron a ser conocidos como “los tres
hombre perceptivos”
En
una ocasión, durante uno de sus viajes, se encontraron a un camellero que les pregunto:
Ø
¿Habéis visto mi Camello? Lo he
perdido.
Ø
¿Es ciego de un ojo? – Inquirió el
primer hombre perceptivo.
Ø
Sí – dijo el camellero.
Ø
¿Le falta uno de los dientes de
delante? – Pregunto el segundo perceptivo.
Ø
Sí, sí – respondió el camellero.
Ø
¿Es cojo de una pata? – averiguó el
tercer perceptivo.
Ø
Ciertamente – reconoció el camellero
Los tres perceptivos aconsejaron al buen hombre
que caminase en la misma dirección que ellos habían seguido hasta allí, pero en
sentido contrario, y lo encontraría. Al pensar que ellos lo habían visto, el
camellero se apresuro a seguir su consejo.
Pero
no encontró al camello. Se dio prisa entonces en regresar para entrevistarse
una vez más con los perceptivos, a fin de que le dijeran que debía hacer.
Los
encontró al atardecer en un lugar donde descansaban.
Ø
¿Carga su camello de un lado miel y
del otro maíz? – inquirió el primer perceptivo.
Ø
Sí, sí - respondió el camellero.
Ø
¿Lo monta una mujer embarazada? –
preguntó el segundo perceptivo.
Ø
Sí, sí – respondió el camellero.
Ø
Ignoramos donde está – añadió el
tercer perceptivo.
Tras estas preguntas y esta negativa, el
camellero llegó al convencimiento de que los tres perceptivos le habían robado
su camello, su carga y jinete, y los demandó ante el juez acusándolos de
ladrones.
El juez consideró que había razones para desconfiar de ellos, y los
detuvo como sospechoso de robo para llevar a cabo las consiguientes diligencias
que confirmasen su culpa o los absolviera de ella.
Algo
más tarde, el camellero encontró al animal vagando por el campo. Regresó a la
corte y pidió que los tres perceptivos fuesen puestos en libertad.
El
juez, que no les había dado hasta el momento oportunidad de justificarse,
preguntó cómo pudieron saber tanto acerca del camello sin ni siquiera haberlo
visto.
Ø
Vimos huellas de sus pisadas en el
camino – comentó el primer perceptivo.
Ø
Una de las marcas era más débil que
las demás, por lo que deduje que era cojo – añadió el segundo perceptivo.
Ø
Solo había mordisqueado los
matorrales de un lado del camino, y, por consiguiente, tenía que ser ciego de
un ojo – dijo el tercer perceptivo.
Ø
Las hojas estaban rasgadas –
continuó el primer perceptivo, lo que indica que había perdido un diente.
Ø
Abejas y hormigas, en diferentes
lados del camino, se amontonaban sobre algo depositado en él. Vimos que era
miel y maíz – explicó el segundo perceptivo.
Ø
También encontramos algunos cabellos
humanos tan largos que nos hicieron pensar que era una mujer. Y estaban
precisamente donde alguien había detenido al animal y se había apeado – declaró el tercer perceptivo.
Ø
En el lugar donde la persona se
sentó, observamos huellas de las palmas de ambas manos, lo que nos hizo pensar
que había tenido que apoyarse, tanto al sentarse como al levantarse, y por ello
dedujimos que debía estar embarazada, en un periodo muy avanzado de gravidez –
dijo el primer perceptivo
Ø
¿Por qué no solicitaron ser oídos
por el juez para presentar estos argumentos en defensa propia?
Ø
Porque contamos con que el camellero
seguiría buscando y no tardaría en encontrar al animal - repuso de nuevo el primer perceptivo.
Ø
Y que se sentirá lo suficientemente
generoso como para reconocer su error y solicitar nuestra libertad – señaló el
segundo perceptivo.
Ø
También contamos con la curiosidad
natural del juez, que lo llevaría a investigar – expresó el tercer perceptivo.
Ø
Descubrir la verdad por sus propios
medios sería más beneficioso para todos que el que insistiéramos en que nos había
tratado con impaciencia – explicó el primer perceptivo.
Ø
Sabemos por experiencia que es mejor
que la gente llegue a la verdad a través de lo que piensa por voluntad propia –
dijo el segundo perceptivo.
Ø
Ha llegado la hora de que nos
marchemos, porque nos espera una labor que debemos llevar a cabo.
Y los sabios siguieron el destino que se habían
marcado. Todavía se los encontrará trabajando por los caminos de la Tierra.
Como vemos,
todos los detalles están ahí, solamente necesitamos “ver cuando miramos”.Hay que ser conscientes del aquí y el ahora.
La personas
creen saber lo que hay en el interior de otras simplemente con haber observado
un gesto, una palabra, tono de voz, etcétera.
Por ejemplo, estás hablando con alguien y en su cara ves “Joder está cabreado de cojones”,
pero quizá le duele algo y no lo quiere decir. Es muy importante evitar estas
presuposiciones pues no te servirá si de verdad quieres calibrar bien.
Al
principio hay que evitar lecturas del tipo “sé lo que piensa y está sintiendo
esto….”, limítate solo a observar. Solamente cuando tenemos suficientes
referencias es cuando se puede identificar lo que está pasando en el interior
de la otra persona.
Normalmente, los chicos cuando se
dedican a seducir están más pendientes de lo que tienen que decir que de
observar la situación y a la chica que tienen delante. Esto es un error pues,
como hemos visto, simplemente observando podremos deducir miles de cosas que no
adivinaremos si sólo somos conscientes de nosotros mismos. La observación es muy importante para identificar cómo debemos proceder en cada momento con una chica y que así nuestra seducción sea exitosa. La iremos viendo con mucho detenimiento en próximos artículos,
Así pues…………”A
OBSERVAR SE A DICHO”
"Aprovecha los días o muere arrepentiéndote del tiempo que perdiste"
ASMEL
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