viernes, 30 de noviembre de 2012

El camino no es fácil


Hola compañeros y amigos de Good Life. Hoy no os traigo nada de teoría. Bueno, sí, se podría decir que esta es la lección teórica más importante de las que van a existir, pero lo escribiré a modo de reflexión.

Cuando empecé a dar mis pequeños pasos en el mundo de la seducción, andaba más bien solo. No sabía para donde tirar ni sabía qué había que hacer exactamente. No tenía un modelo a seguir, sino tan solo lo que yo me imaginaba a través de los diferentes libros que había devorado.


Después fui conociendo personas del mundillo “Aven”. No se terminaba de adecuar a lo que yo entendía como seducción. De hecho, yo discrepaba en muchos conceptos que se malentendían. Así, fui creando mi propio sistema de creencias y fui creciendo junto a compañeros que cada vez eran más numerosos. Luego vinieron los bajones. Había mejorado mucho, sí, pero algo parecía no funcionar. Algo se rompía dentro de mí y no sabía cómo enfocarlo o cómo salir adelante. Muchas veces fueron las que pensé que yo no estaba hecho para esto, que yo no valía nada, que quizá había entendido mal todas las cosas. A todos parecía irles bien menos a mí.

Los momentos de bajón eran cada vez más frecuentes y yo no veía la luz. Pensé en dejarme esto y no volver a saber más del tema. Pero, como yo digo, esto es una droga que se vuelve cada vez más adictiva. Es imposible renunciar a lo que ya sabes y querer volver atrás. Por tanto, decidí hacer introspección. Estaba claro que lo que fallaba no era el exterior, porque yo hacía lo mismo que los demás y no daba el mismo resultado. El fallo tenía que estar en el interior. En las creencias que tenía más profundamente arraigadas. Y descubrí cuál era el fallo: realmente no me creía capaz de conseguirlo y no me conocía bien. No creía que yo fuese capaz de hacer todas esas cosas, ni de crear emociones en otra persona ni de conseguir a la chica que me gustaba. Entonces me di cuenta: Nadie dijo que esto fuese fácil. Si quería evolucionar tendría que dejarme la piel en ello.


Chicos y chicas: mejorar vuestras habilidades sociales no es nada fácil al principio. El secreto de este largo camino es tomarlo con paciencia, determinación y fe. Sí, es algo parecido a los dogmas religiosos de que para ver hay que creer. Esto es algo parecido, pero sólo debéis fijaros en otras personas que tienen más experiencia y ya han emprendido este camino. Si estáis solos no pasa nada, nunca penséis que no servís para esto, porque gran parte de vuestras limitaciones están en vuestra cabeza. Está claro que los chicos guapetes lo tienen más fácil para ligar, no os vamos a intentar convencer de lo contrario. Pero un chico del montón, si se lo propone, puede llegar a ligar tanto o más que el chico guapete y, además, con calidad.
Eso es lo que queremos transmitiros aquí, a seducir con calidad, no con cantidad. La cantidad viene con el tiempo y la experiencia. La calidad se adquiere desde uno mismo. Tus relaciones tendrán tanta calidad como tú te propongas. La cantidad vendrá dada por el tiempo.


Después de cambiar mis creencias e ir evolucionando un poquito más, conocí a los que se han convertido en dos de mis mejores amigos, Carisma y Asmel. Con ellos y nuestra sinergia, hemos mejorado muchísimo en cuestión de poco tiempo. Tanto que hemos logrado una pequeña autoridad moral al crear este pequeño espacio para todos.

Desde entonces, hemos visto muchos casos de chicos que quieren abandonar la mejoría personal y el desarrollo de sus habilidades sociales porque no ven resultados. Para obtener resultados, irónicamente, no hay que buscarlos. Hay que centrarse en pasárselo bien, en disfrutar con lo que se hace, en saber por qué se hace, en qué se falla y en qué se puede mejorar. Nunca penséis si habéis obtenido algún resultado concreto. Centraos en ver vuestra mejoría en comparación con un tiempo atrás. No penséis que por consumir más material de seducción vais a ser mejores seductores inmediatamente. Tendréis la teoría, pero no la práctica ni la voluntad. El mejor seductor es aquel que sale a la calle, se lo pasa bien y hace que los demás se lo pasen bien (no estoy hablando de ser un payaso).



Con esta pequeña reflexión pretendo, simplemente, que os deis cuenta de que para llegar a donde queréis estar tendréis que pasarlas putas, pasar penurias y sudar sangre hasta conseguirlo. La persistencia es la mejor opción y para empezar a mejorar sólo os diría que empezarais sonriéndoos a vosotros mismos y diciendo "Mi única limitación soy yo". Nadie dijo que este camino fuese fácil. Sin embargo, es el más motivador, el más gratificante y el más provechoso que he encontrado hasta ahora y, probablemente, se quede en vuestras vidas tanto como en la mía. 







Sin más, un abrazo muy afectuosos a aquellos que quieren dejar este camino. Vosotros sois los que verdaderamente valéis para esto.


Fénix Fire

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