Hola amigos, hoy os traigo una experiencia muy curiosa que me pasó el sábado. Os pongo en situación:
Ese
sábado había salido en plan tranquilo a tomar algo y cantar en el karaoke con
un amigo…pero, como siempre, al final me dije a mí mismo que con esas ganas de
mandangueo que teníamos no nos podíamos volver a casa tan pronto así que, pese
al gran cansancio que teníamos, pusimos rumbo a una conocida discoteca de Murcia.
Una
vez dentro me encontré con pocas ganas de ligar y muchas menos de estar dando
vueltas. Era una de esas noches que piensas que ojalá te hubieses ido a casa
directamente. Tras encontrarme con una chica del pasado, me senté en una zona
apartada de la discoteca a descansar la espalda, en un sofá concretamente.
Estando
allí con mi amigo aparece un grupito de tres chicas monísimas. Observando
detenidamente la situación veo que están con tacones, cara de pocos amigos y
cansadas. Puedo deducir de ahí que han venido buscando asiento y les hemos
chafado el plan. Evidentemente, ello se confirma cuando una se me acerca y me
dice:
Tía 1: Hola. Oye mira,
que le has gustado a mi amiga, sácala a bailar.
Yo: (Sin apenas inmutarme y mirándola con una sonrisa le
digo) ¿Cuál, esa? Está buena.
Tía 1: Sí, sí, esa.
Corre, levántate y baila con ella.
Yo: (Percatándome de que querían que me levantase para
sentarse ellas) Dile que venga
ella misma y me lo diga, hasta entonces no me levanto. Si queréis conseguir mi
asiento vais a tener que currároslo un poquito más.
Tía 1: Jajaj que no,
que es verdad.
Yo: Ya, ya… (Con tono juguetón)
La
tía 1 se va a hablar con sus amigas. Yo, deseando que se fueran, vuelvo a lo
mío. No pensaba levantarme así que me puse a hablar con mi colega de buen
rollo.
Esta
vez veo que se acerca la chica a la que supuestamente le he gustado. Viene
súper sonriente, sin duda intentando seducirme para que me levantase,
obviamente.
Tía 2: ¡¡Hola!!
¿Bailas conmigo? (Evidentemente, la observación aquí
tuvo un papel importante ya que estaba claro que quería que me levantase).
Yo: No tengas prisa,
ven, siéntate aquí conmigo.
(La cojo de la mano y la
siento a mi lado. Con la otra mano rodeo su espalda y voy acariciando su otro
brazo). Vamos a hablar un poquito
antes de nada.
Tras
decirnos los nombres y demás, a qué nos dedicamos, etc, me insiste en ir a
bailar, a lo que le digo:
Yo: Mira, Tía 2, vas
muy deprisa, vamos a conocernos un poquitín más y según me vayas gustando consideraré
si bailar contigo para que tus amigas se sienten. (Todo esto dicho de buen rollo. Me mira con cara de
sorprendida por haber adivinado sus intenciones. A todo esto, sus amigas se van
un momento. Empiezo a usar el embelesamiento
de manera inconsciente).
Tras
hablar de trivialidades, empiezo a cualificar
y sexualizar:
Yo: ¿Sabes? Me encanta
tu pelo…es muy suave. Y además…tienes un olor muy sensual que despierta mis
instintos (Me acerco a olerla pausada y
profundamente. El oler es una
sexualización no verbal muy potente).
Tras
ponerse nerviosa, hablamos otra vez a modo de distensión.
He
de reconocer que esa noche yo estaba más borde de lo normal y tenía pocas ganas
de seguir hablando y pasar más a la acción. Llegan sus amigas y se ponen a
hablar con mi amigo, así que:
Yo: Bueno, Tía 2, es
el momento de bailar, pero quiero que bailemos abajo. (Se queda con cara de sorprendida y no le doy tiempo a
responder. Me levanto, me dispongo a irme y la cojo de la mano. Sus amigas se
apresuran a sentarse como si les fuera la vida en ello).
Tía 2: Chicas, quedaos
aquí que vengo enseguida…
Yo: Poneos cómodas que
no sabemos cuánto tardaremos.
Tras
eso, pasamos por un pasillo que llevaba a las escaleras. Sin darnos tiempo a
llegar a las escaleras, nos devoramos mutuamente durante unos minutos.
Después
de eso volvimos con los demás y nos fuimos todos a bailar a la pista. 30
segundos de baile y mi amigo y yo nos esfumamos otra vez a los sofás. Estábamos
reventados.
Con
esta experiencia os quiero hacer ver tres cosas:
1. Que
a veces hasta cuando más cansados estáis podéis vivir experiencias muy fugaces
que os ayudarán a coger nivel y sorprenderos
a vosotros mismos.
2. Que
a veces hay que dejarse de palabrería y pasar a la acción con confianza, empatía y marco de acero.
3. Que en 5 minutos que duró la
interacción se pueden hacer muchas
cosas.
También aprovecho para recordar que con los audios de carisma podéis ir interiorizando poco a poco todos estos conceptos, próximamente saldrán nuevos, os dejo el enlace http://www.goodlifeseduccion.blogspot.com.es/search/label/Audios%20de%20Carisma
Un
abrazo compañeros. Hasta otra ;)
Fénix Fire.
Muy buenas chicos! He pillado este blog a través del enlace vuestro de los audios de Carisma y... ¡érais justo lo que estaba buscando! Naturalidad, sinceridad y humor. Punto.
ResponderEliminarHabéis ganado un lector asiduo.
Muchas gracias amigo. Y vosotros sois justo lo que queremos. Gente que tenga ganas de leernos, de tener buen rollo, ganas de divertirse y de seducir de una manera natural.
EliminarBienvenido a Good Life, donde vive la naturalidad y la diversión.